Muy pocas cosas recuerdo de mi infancia, es un misterio que no logro decifrar de momento. Aun asi las pocas memorias que conservo trato de atesorarlas como la prueba de que por lo menos mi infancia fué feliz.
Una de las cosas que más recuerdo son unos binoculares amarillos que tenía. Me encantaban porque en ese lugar de terracería donde viviamos cuando era una niña podia ver los pequeños cerros que se alzaban al horizonte. Tenia la boba idea de que detrás de ellos existia toda una ciudad ( probablemente si,pero yo imaginaba una ciudad mágica). Tenia creo unos cinco años y pasaba a veces horas en el porche observando hacia adelante con mis binoculares.
Pero este pasatiempo cobró más importancia cuando mi papá me enseñó a buscar águilas que se posaban en los postes de luz.
Mi papá decia que eran animales que podían ver muchisimo más lejos que cualqueir otro, que era comi si sus ojos fueran binoculares. Desde ese día comencé incansablemente a buscarlas por los aires sin éxito alguno.
Como puedes ver papá, no escribí mucho porque no recuerdo los detalles a lo mejor tu tampoco. Pero aun sigo usando mis binoculares amarillos para buscar cosas más allá de los edificios,cerros e incluso estrellas.
No he dejado de soñar, no he dejado de buscar y tampoco olvidé que las águilas son los animales con binoculares en los ojos.
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